EL MUNDO DA VUELTAS
Quién podría poner en
duda que “el mundo da vueltas”, y no solo por el movimiento de nuestro planeta
alrededor del Sol, sino también, porque en esa tan repetida frase, está de por
medio una verdad que es incontrastable y que significa que nada es inmutable entre
los seres humanos.
Que persista
firmemente la voluntad de encarar los diálogos de paz en Colombia, entre
guerrilleros comunistas y un gobierno a la cabeza de quién orquestó el Plan
Colombia; que el parlamento europeo haya decidido reconocer al Estado Palestino
y esto sea una señal inconfundible para la Organización de Naciones Unidas; y que
hace pocas horas, se haya concertado la reanudación de relaciones diplomáticas
entre Cuba y Estados Unidos con mediación papal incluida, además del canje de
prisioneros, son señales inconfundibles de que “el mundo da vueltas”.
Si el mundo es capaz
de dar vueltas, ¿cómo no vamos a poder en Bolivia hacer lo mismo? Tendríamos
que ser demasiado testarudos para negarnos a aceptar que el mundo al que
estamos asistiendo, está derrumbando esquemas de comprensión de la política y
que no ver esto, significaría tener la mente anclada, tanto como lo que sucede en
fuertes sectores de la sociedad chilena con respecto a la demanda marítima
boliviana.
El mundo de la
política, ciencia, tecnología y economía está dando vueltas y mucho más rápido
de lo que podíamos haber imaginado. Pretender negar esto y forzar la
comprensión de la realidad, queriendo que la realidad se acomode a nuestro
pensamiento, sería absurdo y contraproducente.
Que el mundo esté
dando vueltas no significa renunciar a los principios y valores que la
humanidad ha acumulado como producto de su razón y sensibilidad con las causas
más elevadas, pero ya no es posible ver el mundo entre buenos y malos, la
izquierda pura y el resto, lo ancestral inmaculado y lo colonial/republicano
como sinónimo de todo lo malo, que al final de cuentas, la realidad nos está
demostrando que todo cae en saco roto por muy radical y entusiasta que sea el
discurso.
Una prueba de lo
anterior es, que finalmente Estados Unidos tuvo que reconocer la inconsistencia
del injusto bloqueo a Cuba y que Fidel una vez más salió con la suya, pues no
había sido cuestión de tamaño, armamento o dólares, sino de tener dignidad y la
voluntad de avanzar, por supuesto que, no puede ser de otro modo que no sea con
actitud verdaderamente democrática.
La
Paz, 18 de diciembre de 2014.