El equipo de prensa del Senador Eduardo Maldonado publica el artículo difundido por ERBOL Digital en fecha 11 de mayo de 2014, escrito por el periodista Andrés Gómez Vela.
Tinku Verbal
¿DIPUTADOS UNINOMINALES O LEVANTAMANOS?
Andrés Gómez Vela
Domingo, Mayo 11, 2014
Los parlamentos son el primer poder
de un Estado porque sus integrantes son elegidos por los ciudadanos para
defender sus derechos de posibles abusos del gobierno o de otros poderes
legales o fácticos. Son elegidos también para que canalicen las opiniones de
sus electores y conviertan los sueños de éstos en leyes o medidas, evitando
privilegiados en desmedro de las mayorías.
En el caso boliviano, los candidatos
a la Asamblea Legislativa no son preseleccionados por la ciudadanía, sino por
un jefe, líder o un partido, (claro, hay excepciones). Vale decir, te ofrecen a
sus postulantes en listas cerradas o abiertas para que los elijas.
En la Cámara Alta hay cuatro
senadores por departamento. Votas por ellos sin conocerlos ni haber leído sus
propuestas (si tienen), ni haber visto siquiera una fotografía en la papeleta.
Reciben voto indirecto porque su escaño depende del apoyo que haya para el
candidato presidencial y a veces vicepresidencial. De esta forma tenemos la
sensación democrática de haber elegido a 36.
En la Cámara Baja hay 130 diputados,
que son seleccionados en tres tipos de listas. La primera es cerrada. En ella
figuran 60 asambleistas “invisibles”. A estos los eliges “sin querer queriendo”
(diría nuestro Chavo, cuya salud ojalá mejore pronto) porque al votar por los
presidenciables votas, automáticamente, por ellos. En otras palabras, no los
preseleccionas ni los conoces, pero hacen que los elijas.
La segunda lista está compuesta por
siete diputados de circunscripciones especiales. Podríamos decir que son
elegidos casi de forma directa por los pueblos indígenas. Aunque en el papel
éstos son 36, pero no tienen 36 asambleistas, uno por pueblo como diría la
lógica, sino sólo 7.
La tercera lista está integrada por
63 parlamentarios llamados uninominales. Como a los 36 Senadores y 53 diputados
ya los elegimos bajo el principio de representación geográfica, antes que
poblacional, y a los “especiales” también, el sistema boliviano nos facilita
una lista abierta de aspirantes para que demos de forma directa nuestro voto al
“honorable” que velará por nuestro futuro.
Para que la elección de éstos sea
proporcional y sistematizada, el Estado nos cuenta en un Censo, nos divide en
territorios (circunscripciones), según la cantidad de población, y nos asigna
un diputado.
A diferencia de los otros
asambleístas, a éstos sí los conocemos y los elegimos viendo su fotografía en
la papeleta. En teoría es la representación más cercana que tenemos, pero en
realidad es la más lejana porque casi siempre vive cerca “del dedo” que los
puso como candidatos (por supuesto, hay excepciones).
Dadas las características de su
elección, deberían practicar la democracia participativa, consultando a sus
electores sobre temas fundamentales, ya sea una ley, una propuesta o una medida
para resolver algún problema del país. La tecnología facilita ahora muchas
posibilidades de interacción.
Sin embargo, no es así. Para
disimular, la Asamblea se inventó la “semana regional” a fin de dar la
impresión de que se cumple con la misión de ver las necesidades de los
electores. Si fuera verdad, los asambleístas escucharían las aspiraciones de la
sociedad y no serían considerados como unos “levantamanos”, tendrían más
ideas para debatir, equilibrar los poderes, cualificar la democracia y elegir a
las personas adecuadas en los cargos importantes.
Gran parte de los asambleístas, no
sólo los “Unis”, olvida que la democracia es el gobierno de la opinión pública.
Claro que para ese nivel de concepción y participación social se necesitan
partidos con mentalidad acorde al Siglo XXI.
El último asambleísta que sintonizó
con los sentimientos de su pueblo antes que con el del jefe de su organización
política no fue precisamente un “uni, sino un senador, Eduardo Maldonado
(Potosino y del MAS). Pero la dictadura partidaria lo “trituró” para que nadie
más pueda seguir su ejemplo.
En las elecciones del próximo 12 de
Octubre, el ciudadano debe hacer una minuciosa revisión de la hoja de vida de
los aspirantes para cerrar el paso a los “levantamanos”.
La Paz, 23 de mayo de 2014
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