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lunes, 28 de mayo de 2012

Nuestra Opinión

En esta oportunidad  publicamos el artículo del Senador Eduardo Maldonado Iporre, que salió el día sábado 26 de mayo en el área de "Columnistas", de la página de opinión del periódico La Prensa de la ciudad de La Paz.
Invitado
LA FÓRMULA DE LA PAPA PARTIDA
Por Eduardo Maldonado
Periódico La Prensa - 26/05/2012
Ante la proximidad del Censo Nacional de Población y Vivienda en nuestro país, muchas son las dinámicas institucionales y sociales que interactúan en función de los diversos intereses que fluyen en la diversa y compleja sociedad boliviana.
Del cuidado que se tenga en los aspectos logísticos y de organización dependerá el éxito de este evento y con ese propósito animo a sugerir que rescatemos las experiencias pasadas, particularmente observando un especial cuidado en que los datos a recabar sean los que correspondan a la realidad.
Explico lo anterior señalando que en el Censo anterior sucedió que hubo la consigna de distintas comunidades campesinas obligando al retorno de sus habitantes nacidos en las mismas, para asegurar la coparticipación tributaria percápita de sus respectivos municipios.
Es evidente que Bolivia tiene un flujo migratorio interno bastante considerable debido a distintas razones, ya sean económicas, culturales o productivas, y esto hace que gran parte de la población boliviana no resida en el lugar de origen, con la consiguiente dinámica social de interculturalidad y a la vez de separación de las familias bolivianas.
Si deseamos que la fotografía sociodemográfica sea lo más ajustada a la realidad, entonces debemos procurar que el día del Censo toda la población permanezca en el lugar en el que reside habitualmente y esto se puede lograr si se tiene en cuenta un enfoque diferente para la asignación de los recursos correspondientes a la coparticipación tributaria.
Hasta ahora el modelo de distribución de los recursos ha obedecido una lógica individualista en la que la asignación percápita se traduce en asignar recursos por persona en el lugar de su residencia, es decir en el lugar en que se censa y no sólo que este procedimiento es injusto, pues prioriza a la persona como sujeto individual sin que hayan mayores consideraciones históricas, culturales o generacionales, sino que como ya se explicó acabó distorsión la información obtenida en la jornada del Censo Nacional.
Ante esta realidad, la propuesta a sugerir tiene que ver con un nuevo enfoque distributivo, que sea más solidario, comunitario y fraternal, vale decir que toda persona censada pueda dividir su cuota percápita en dos: entre el municipio de origen y el municipio de destino.
Cada boliviana y boliviano migrante deja parte de su familia en el lugar de origen –normalmente a las personas de avanzada edad o quienes quedan relegados en oportunidades-, y acaba formando otros lazos familiares en el lugar de destino –con una familia propia y donde pueda procurarse oportunidades laborales o económicas-. Entonces, el hecho de partir en dos como suele ocurrir en la familia con el mayor amor filial y comunitario: “la papa partida”, que cada compatriota migrante, que tiene el corazón dividido en dos mitades su vida, su cuna y su destino, que tenga la posibilidad de dividir su coparticipación en los dos municipios.
Esto que aparentemente pretendería preservar los recursos de los centros urbanos en desmedro del área dispersa del país, es todo lo contrario, pues con la fórmula de “la papa partida”, se asegura que tanto los municipios expulsores de gente, como aquellos que atraen a la misma, tengan las mismas oportunidades y sobre todo aseguremos que el día del Censo Nacional de Población y Vivienda, sea un día festivo, de profunda convicción cívica, participativa, solidaria, comunitaria y fraternal.

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