“CUIDADO CON ROMPER LA PITA”
Día a día la prensa
nacional se encarga de recordarnos la realidad del país, muchas veces con
noticias alentadoras y en otras ocasiones más que preocupantes.
En esta oportunidad
voy a referirme a algunas noticias, varias de ellas traducidas en cifras y que
son como siguen:
- 34000 vehículos chutos circulando –otras fuentes dicen que son muchos más-, y 10500 con placas clonadas
- 80% de las actividades mineras sin licencia ambiental y casos cada vez más alarmantes de contaminación
- 14 toneladas de droga incautada en los primeros 7 meses del año, pero 0 peces gordos en la cárcel
- 9 muertos en conflictos mineros: 4 en el bloqueo cooperativista, 3 en Arcopongo y 2 en Trinidad Pampa sin que hasta ahora se haya esclarecido ninguna de esas muertes
- 1% de impuestos a favor de la elite cooperativista de acuerdo a los compromisos previos para la aprobación de ley minera
- 100 libras adicionales para la comercialización y 1 cato de coca comprometidos con los cocaleros del Chapare en los encuentros previos a las elecciones de octubre
- 5 muertos en 2 semanas por ajuste de cuentas en Santa Cruz de la Sierra y clanes familiares vinculados al negocio en la frontera con Chile, todo debidamente informado desde la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico
Esta breve muestra de
material informativo nos permite percatarnos de los peligros a los que se
expone la sociedad boliviana y constatar que más allá de los discursos o la
propaganda, es evidente que existe debilidad estatal y se ha relajado el principio
de autoridad en tiempos de vísperas electorales, configurando de esta manera un
peligroso y acelerado proceso de descomposición social.
Si no se frena a
tiempo esta avalancha de acontecimientos y por el contrario, se da rienda
suelta a concesiones y prebendas para conquistar el favor electoral, es decir
que más pueda la mirada en la coyuntura electoral antes que el manejo
responsable del estado con proyecciones de mediano y largo alcance, entonces,
prácticamente estaremos rifando la ilusión de país y muy probablemente
exponiendo a las generaciones más jóvenes a una sociedad donde imperen los
códigos de la violencia del poder económico ilícito y las mafias del
contrabando, la corrupción y el narcotráfico.
Decir que esto
desconocen las autoridades sería pecar de ingenuos y como en tiempo electoral
no hay ingenuidades, entonces, es aún más preocupante, porque de tanto “estirar
la pita”, esta puede acabar rompiéndose.
Cuidado que más
adelante, todos estos escenarios acaben desbordando la capacidad efectiva del
estado boliviano y tengamos un territorio sin ley ni autoridad, donde prime la “ley
de la selva” y escuchemos luego, voces que exijan recomponer el orden aunque
sea con el uso de la fuerza y a pesar de la democracia.
La
Paz, 29 de julio de 2014.
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